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El Bosque y Matorral Esclerófilo Chileno forma parte de uno de los 34 hotspots mundiales de biodiversidad, denominado Chilean Winter rainfall-Valdivian forest. Este hotspot, que abarca desde el Norte Chico hasta la Región de Los Ríos, incluyendo a la Isla de Juan Fernández, sólo se desarrolla en cinco lugares del planeta y destaca por su endemismo y vulnerabilidad.
El Humedal de Tunquén se caracteriza por la coexistencia de fragmentos de diferentes ecosistemas como el humedal, formado por el curso de agua denominado Estero Casablanca, las praderas de inundación y la zona estuarina, localizada en la desembocadura del Estero. Presenta una conformación geomorfológica con terrazas de abrasión marina, terrazas aluviales, playa, lechos fluviales, acantilados y dunas, todo lo cual alberga una diversidad de ecosistemas que se caracteriza por una alta biodiversidad y un bajo nivel de intervención antrópica.
La presencia de aves migratorias entre primavera y verano -tales como Calidris bairdii, Larus pipixcan y Numenuis phaeopus, entre otras-, las formaciones vegetacionales características del matorral esclerófico costero y del desierto costero, el ecosistema dunario y las numerosas especies en estado de conservación -como Adesmia balsámica, Calydorea xiphioides, Pouteria splendens, Alstroemeria pelegrina, Equinopsis litoralis, Basilichthys microlepidotus, Cheirodon pisciculus, Trichomycterus areolatus, Bufo chilensis, Sapo de cuatro ojos, Pleurodema thaul, Caudiverbera caudiverbera, Columba araucana, Phalacrocorax bougainvillii, Tachymenis chilensis y Octodon lunatus-, evidencian el valor de este humedal como corredor biológico, tanto a nivel del océano Pacífico como del litoral central de Chile, al ser una ruta de aves provenientes del hemisferio norte que visitan las costas de Chile para pasar el invierno boreal, donde el humedal de Tunquén funciona como nodo o vértice.
Las imágenes han sido tomadas en los años 2014, 2015 y 2023.
©Álvaro de la Fuente Farré.